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Los parches autoadhesivos para tratar las arrugas están reemplazando a las agujas, y están dirigidos a todas las áreas propensas a las arrugas, desde esas temidas patas de gallo o surcos nasolabiales hasta al escote.
Si bien los resultados pueden no ser tan duraderos como las inyecciones, tienen mayores beneficios a largo plazo con un uso regularizado. Existen variedades muy distintas de parches, en función de la metodología y el mecanismo de acción que emplean: los parches basados en iontoforesis, que introducen los activos mediante una corriente de baja intensidad, los parches convencionales de silicona, que hidratan y regeneran la piel, los parches con microagujas, que penetran los principios activos mediante microestructuras en forma de aguja y los parches para láser, que protegen durante los tratamientos láser maximizando el área tratada.
En este artículo detallamos los diferentes tipos de parches antiarrugas, con sus ventajas e inconvenientes, para que encuentres la variedad que más te convenga y se adapte a tu tipo de piel.
Tipos de parches para tratamientos antiedad
Parches iontoforéticos
El término «iontoforesis» proviene del griego «ionto» (ion) y «phoresis» (traslado). Se trata de una técnica no invasiva, empleada en medicina para diferentes objetivos tanto terapéuticos como de diagnóstico; en este caso, con fines estéticos.
La iontoforesis consiste en introducir iones de sustancias activas a través de la piel, inducidas por una corriente de baja intensidad que se genera cuando entran en contacto el parche y el sudor. Estos parches electrodinámicos con células voltaicas alternas utilizan el principio de la iontoforesis favoreciendo así, de manera significativa, la absorción de principios activos de uso tópico convencional.
Esta tecnología representa la evolución de los parches convencionales, resultando más eficaz gracias a su doble acción:
- El campo electromagnético creado por el parche genera un canal iónico que permite una absorción más eficiente de los activos que migran a través de la piel.
- La acción electro-iónica crea un “masaje celular” que favorece el intercambio de oxígeno entre las células, revitalizando el tejido conectivo. Así pues, los parches iontoforéticos, ofrecen estímulos que incrementan la producción de colágeno, favoreciendo así la elasticidad y la salud de la piel.
El fundamento es que las sustancias o ingredientes ionizados poseen carga eléctrica y tienden a desplazarse hacia el polo de signo contrario, donde son absorbidas a través de los tejidos. De esta forma, se consigue un efecto notorio desde la primera aplicación, sin necesidad de utilizar técnicas de infiltración.
Asimismo, contribuyen de manera segura y confortable a disminuir el dolor crónico y agudo, a recuperar la funcionalidad de los tejidos y a acelerar la cicatrización de las heridas.
Como se puede apreciar en la ilustración inferior, el parche consta de dos capas:
- Una capa exterior de tejido con las células galvánicas de Cobre y Zinc.
- Una matriz adhesiva que contiene los activos y las sustancias polarizantes.
Parches de silicona
Se trata de unos parches constituidos al 100% por silicona médica y son autoadhesivos. Su acción se basa en la efectividad de la silicona a la hora de cicatrizar, algo que ya se ha utilizado en, por ejemplo, los clásicos apósitos de silicona o en pomadas, que se emplean para suavizar y curar cicatrices sobre la piel.
Estos parches están formulados para ser utilizados en la piel del rostro y escote y en zonas que frecuentemente acumulan arrugas como la frente, las patas de gallo o las mejillas. Están elaborados con silicona médica y sin incorporar ningún tipo de látex, silicona o adhesivo. Se colocan sobre el área que se desea tratar y se dejan actuar durante al menos una hora. Al retirarlo, se coloca de nuevo en el plástico protector para reutilizarlo al día siguiente. Incluso es posible lavarlos de vez en cuando para mejorar su poder adhesivo.
Los parches de silicona logran mantener la piel estirada y además son súper hidratantes. Sin embargo, al no contener principios activos en su fórmula, los resultados no son de larga duración.
Parches con microagujas
Los parches con microagujas son la última generación desarrollada científicamente en el sector cosmético para los tratamientos antiarrugas. Se trata de unos parches formados en su totalidad por los principios activos que van a realizar la función antiarrugas. Para liberarlos, se emplean unas microestructuras fabricadas con polímeros biocompatibles y biodegradables que tienen forma de aguja, asegurando una penetración completa de los activos.
En un estudio realizado en el George Institute of Technology de Atlanta se demostró que las microestructuras biodegradables tienen suficiente resistencia mecánica para insertarse en la piel con un amplio margen de seguridad, de manera indolora, creando vías directas para el transporte transdérmico y aumentando exponencialmente la permeabilidad de la piel.
La mayor ventaja de los parches con microestructuras es que son indoloros, son fáciles de utilizar para cualquier consumidor y brindan mucha más comodidad y conveniencia.
A diferencia de las sustancias líquidas necesarias para la aplicación mediante agujas de inyección, las microagujas permiten distribuir los ingredientes activos en un estado sólido más seguro. Asimismo, el uso de microestructuras biodegradables es una solución respetuosa con el medio ambiente que no dejan productos médicos peligrosos, como las agujas o el vidrio.
Por estas razones, son una tecnología avanzada, muy segura y conveniente de usar. Una marca pionera en este tipo de parches es FACTOR SKIN 53. Los parches de FACTOR SKIN 53 están formados por ácido hialurónico y EGF (factor de crecimiento epidérmico), los cuales son absorbidos al 100% por la piel, de forma prolongada. Al aplicarse en el lugar objetivo y estar en contacto con la piel durante toda la noche, se pueden notar mejoras inmediatamente después de su uso. Los parches FACTOR SKIN 53 no contienen conservantes ni aditivos artificiales, están únicamente compuestos por ácido hialurónico y EGF, el polipéptido de 53 aminoácidos que estimula la división celular.
Parches para tratamientos láser
Este tipo de parches adhesivos se utilizan para proteger las áreas orbitales del paciente durante el procedimiento de láser e IPL. Su gran ventaja es la capacidad de aumentar el área de tratamiento, gracias al efecto que producen. El adhesivo de alta sensibilidad posibilita que su colocación y retirada se efectúe sin problemas. Asimismo, generalmente están libres de látex y son hipoalergénicos.
El resurfacing con láser es una técnica que consiste en producir una vaporización de la epidermis facial mediante un rayo de energía infrarroja. Se realiza normalmente en toda la piel de la cara (resurfacing facial) o por áreas (alrededor de los ojos o de la boca, en el entrecejo o en las mejillas). En 24 horas aparece una costra fina que cae entre la primera y segunda semana después del tratamiento.
La principal desventaja de este método es que no es posible realizarla desde casa, siempre será necesario ir a un centro de estética para que te realicen el tratamiento láser específico.
Son muchas las ventajas del suministro transdérmico mediado por estos tipos de parche. Por un lado, se basan en procedimientos no dolorosos ante la agresividad de una inyección con aguja metálica porque los mecanismos de acción en los que están basados son seguros y han sido testados. Por otro lado, los resultados que se obtienen son mucho más efectivos que la aplicación tópica superficial de cremas o sérums ya que, en la mayoría de los casos, se administran los principios activos directamente a través de la piel.
Si crees que alguno de estos parches puede adaptarse a tus necesidades, ¡ponte en marcha y pruébalo! 100% seguro notarás la diferencia y lograrás una reducción de arrugas mucho más efectiva que la que ofrecen los tratamientos tópicos mediante cremas convencionales.