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El trabajo, la casa, los niños, la vida social… Nuestro ritmo de vida cotidiano también repercute en la apariencia de nuestra piel, que luce cada día más fatigada hasta perder su luminosidad y turgencia.
Parar media horita a la semana para ponerte una mascarilla facial puede convertirse en ese ritual que te obliga a parar y a regalarte esos mimos que tanto tú como tu piel estáis pidiendo a gritos.
Solamente tú, una vela aromática, un poco de música relajante y tu mascarilla facial.
Beneficios de las mascarillas faciales
Ponerse una mascarilla facial es uno de los tratamientos de belleza más sencillos de hacer en casa y que más beneficios puede aportar a tu piel.
De hecho, la mayoría de expertos en cuidado facial recomiendan la aplicación de una mascarilla facial por lo menos una vez por semana.
¿Te gustaría saber por qué?
- Porque limpian los poros
Los poros de la cara son como un cajón de sastre en el que se van almacenando las células muertas y todo tipo de residuos que genera nuestro organismo o que encontramos suspendidos en el aire.
Las mascarillas faciales son una excelente opción para limpiar y cerrar los poros de la cara de manera natural y efectiva.
- Porque hidratan la piel
Ponerse una mascarilla es una buena forma de aportar a las pieles secas o fatigadas ese plus de hidratación que necesitan. Pues, cuando aplicamos este tipo de productos cosméticos, el agua penetra en la epidermis para hidratarla en profundidad y, como consecuencia, nuestra piel se vuelve más suave, elástica y llena de vitalidad.
- Porque reducen las arrugas
La aplicación de mascarillas faciales proporciona mejoras notables en la apariencia de la piel y, con el uso continuado, contribuyen a prevenir y suavizar las arrugas y líneas de expresión.
- Porque unifican el tono de tu piel
Otro de los motivos por los que ponerse una mascarilla facial es que su aplicación oxigena los tejidos y disminuye la coloración de las manchas de la piel. Así, conseguiremos un tono y una textura más uniformes que nos proporcionarán un aspecto más fresco y juvenil.
- Porque tensan la piel
Con el paso de los años nuestra piel va perdiendo tersura y elasticidad. Por suerte, existen mascarillas que estimulan la producción de colágeno y nos ayudan a revertir esta situación.
En cualquier caso, antes de ponerte una mascarilla u otra te recomendamos que te informes sobre cuál es la más adecuada para tu edad y tu tipo de piel.
¿Qué tipos de mascarillas hay para la cara?
En realidad, el mundo de las mascarillas es tan amplio como el de las necesidades de cada tipo de piel. Por eso hoy no las vamos a nombrar todas, pero sí las más habituales.
1 - Mascarillas de tela
Las mascarillas de tela son las más versátiles del mercado puesto que basta con impregnar el tejido con la solución nutritiva que desees para conseguir un efecto u otro.
El único inconveniente es que, además de generar más residuos, su adhesión al rostro es menor que la del resto de mascarillas y eso puede provocar que su aplicación sea un poco más incómoda.
2 - Mascarillas Peel Off
Este tipo de mascarillas son las más efectivas para realizar una limpieza profunda de la piel retirando todo tipo de impurezas y puntos negros.
Se adhieren por completo al rostro y se retiran como si fuera una capa de pegamento.
Eso sí, para conseguir que salga toda la mascarilla de una pieza deberás aplicarla de manera uniforme creando una capa lo suficientemente gruesa para que no se rompa al estirar y evitar el contacto con el cabello o las cejas para que el producto no se quede allí pegado.
3 - Mascarillas en crema
Este tipo de mascarillas está especialmente recomendado para pieles secas, deshidratadas o castigadas por los factores ambientales. Suelen ser ricas en aceites y otros ingredientes hidratantes para reparar la piel en profundidad.
Tan fácil como extenderlas por toda la cara como si fuera una crema hidratante y dejarla actuar.
4 - Mascarillas de arcilla
Las mascarillas de arcilla son las más utilizadas en pieles grasas porque tienen la capacidad de secar los granitos propios del acné y absorber el exceso de sebo para que la piel se vea limpia durante más tiempo.
¿Quién no se ha hecho una mascarilla de arcilla alguna vez?
5 - Mascarillas efecto lifting
Y, por último, las mascarillas efecto lifting. Unas mascarillas que se aplican igual que las de arcilla pero, en este caso, eliminan las arrugas, la flacidez y las líneas de expresión de manera instantánea.
Cómo ponerse una mascarilla facial en 5 pasos y cuidado posterior
Ponerse una mascarilla facial no tiene mucho misterio.
Sin embargo, existen algunos truquitos para sacarle el máximo partido al producto y conseguir mejores resultados.
1 - Lávate la cara
Todo ritual de belleza empieza con una buena limpieza. Así los productos que apliques se absorberán mejor y aumentará su efecto.
Es suficiente con lavarse la cara con agua tibia y jabón para eliminar los restos de suciedad que se puedan acumular y secarla con pequeños toquecitos, sin restregones que la puedan irritar, con una toalla limpia o pañuelos de papel.
2 - Ponte la mascarilla
La mayoría de mascarillas se pueden aplicar directamente con la yema de los dedos. Sin embargo, algunas personas prefieren utilizar una espátula o brochas especiales para poner mascarillas para no ensuciarse los dedos.
Hay que tener especial cuidado en evitar el contacto con los ojos y la boca, ya que estos se podrían irritar.
3 - Deja actuar
El tiempo medio de aplicación puede variar según el tipo de mascarilla. En la mayoría de los casos se recomienda que sea entre 10 o 15 minutos, pero lo mejor es que lo compruebes leyendo las indicaciones de uso.
Es el momento perfecto para coger un libro, ponerte una serie o tumbarte en el sofá con los ojos cerrados para prestar más atención a tu respiración.
4 - Retira el producto
Si se trata de una mascarilla de tela o peel off basta con despegarla del rostro y tirar los restos a la basura.
Pero en el resto de casos deberás aclarar tu rostro con abundante agua tibia hasta que desaparezcan todos los restos de producto.
Para secarte la cara haz lo mismo que en el primer paso.
5 - Termina el tratamiento
El mejor momento para ponerse una mascarilla facial es por la noche, ya que nuestra piel se prepara para el descanso y absorve mejor todas sus propiedades.
Por eso, después de ponerte la mascarilla, puedes aprovechar para terminar el tratamiento con la aplicación de los productos que ya forman parte de tu rutina nocturna como los sérums, el contorno de ojos o una buena crema hidratante que aumente los beneficios de la mascarilla.
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