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Ya estamos en primavera y empezamos a impacientarnos con la llegada de los primeros días de sol y playa. ¡Pero cuidado! Es importante preparar tu piel para el sol para que no sufra sus consecuencias nocivas, como son quemaduras o manchas, y para que esté perfectamente cuidada, luminosa y bronceada durante todo el verano.
Para ello, debemos tener en cuenta que nuestra piel necesita una preparación interna y externa, y que con unos sencillos pasos podemos evitarnos muchos dolores de cabeza, y conseguir una piel con un bronceado uniforme y envidiable ;)
Ahí van nuestros consejos:
1. Exfoliación
Durante el invierno la mayoría de nosotras nos olvidamos de cuidar nuestra piel, y esto hace que esté reseca y que acumule células muertas que debemos eliminar antes de ponernos al sol si no queremos un bronceado agrietado y poco luminoso. Te recomendamos realizar la exfoliación corporal cada diez días durante los meses previos al verano (¡Ya puedes empezar!), prestando especial atención a zonas como los codos, las rodillas y la espalda. En cuanto a la exfoliación del rostro, con una vez al mes es suficiente. Verás como la piel recuperará su luminosidad.
2. Hidratación
Una vez realizada la exfoliación, tu piel se encuentra en el momento perfecto para absorber todos los nutrientes de las cremas hidratantes. Siempre elige aquella adecuada para tu tipo de piel, y siempre una diferente para rostro y cuerpo. Contra más bien hidratada esté tu piel, más luminoso y duradero será tu bronceado.
3. Protección
Es importantísimo que le demos protección a nuestra piel antes de exponerla al sol, pues de lo contrario no solo nos arriesgamos a quemarnos o tener unas odiosas manchas antiestéticas, sino que podemos adquirir enfermedades como el cáncer de piel. Un factor de protección medio o alto es imprescindible sea cual sea tu tono de piel, y es la mejor forma de cuidar y mantener el bronceado, a la vez que una piel sana y luminosa.
4. Alimentación
No solo es importante cuidar la piel por fuera, la alimentación es un factor importantísimo en el cuidado de la piel, de nada sirve todo lo comentado anteriormente si después no cuidamos nuestra dieta. Los ácidos grasos Omega 3, las vitaminas, los minerales y las proteínas ayudan a nuestra piel a estar protegida, y si además queremos favorecer un bronceado precioso debemos ingerir alimentos con beta carotenos como la zanahoria, el tomate, los albaricoques, verduras y hortalizas de hoja verde, entre otros. Los alfa carotenos también ayudan a este cuidado y se encuentran en vegetales como el kiwi o el brócoli. Ambos facilitan la producción de melanina y con ello la defensa de la piel frente a la agresión solar, además de funcionar como antioxidantes.
¡Y eso es todo! Con estos sencillos pasos conseguirás que este verano tu piel luzca como nunca :)